Mi historia en la cocina
Desde que tengo uso de razón que estoy metida en la cocina, todavía recuerdo levantarme los domingo a la mañana con los olores del TUCO de mi abuelo materno Rolando, las tiras de masa secándose sobre las sillas del comedor esperando ser cortadas por su mano experta.
Los ravioles de mi abuela materna Rosa. El primer día que me permitio meter la mano, yo tendría unos 6 años cuando terminamos pusimos la bandeja sobre una silla vino mi papa y se sentó arriba (imaginen como quedaron los ravioles) yo lloraba sin consuelo y mi abuela (que a pesar de no tener estudio era una persona sumamente sabia) rociaba los ravioles con harina Blancaflor y me decía: "no llores POCHOQUITA con esta harina se arregla todo cuando entren en el agua esta harina tapara los agujeros y quedaran riquisimos" (yo pensaba que en lugar de Blancaflor era una harina MÁGICA).
Recuerdo las tarde de lluvia a mi madre (Ofelia) preparando unas rosquitas fritas con un chocolate caliente, recibiendo a mis compañeros de escuela y ayudarles con las tareas de CONTABILIDAD. Mi vieja era una GENIA (tana y calentona, eso si )pero no solo nos llevaba a pasear por todos lados sino que en casa siempre había lugar para los amigos. Yo viví durante 30 años en la República de la Boca (mientras escribo me pongo de pie, obvio. Si llegabas a tu casa y no había nadie te ibas a la casa del vecino quien te recibía como de la familia, te daba la leche y te cuidaba hasta que hubiera gente en tu casa. No como ahora que hay que anunciar por teléfono antes de pasar por la casa del vecino.
Que contar de mi padre que también incursionaba en la cocina con sus famosos GUISOS CARREROS (acontecimiento si los hay que solo ocurrían una vez al año pero que servían para comentar todo el año), recuerdo que picaban tanto que con mis hermanos para no despresiar comíamos una cucharada tomábamos agua y nos apantayabamos con los abanicos de papel, todo para no despresiar.
continuara.....
Los ravioles de mi abuela materna Rosa. El primer día que me permitio meter la mano, yo tendría unos 6 años cuando terminamos pusimos la bandeja sobre una silla vino mi papa y se sentó arriba (imaginen como quedaron los ravioles) yo lloraba sin consuelo y mi abuela (que a pesar de no tener estudio era una persona sumamente sabia) rociaba los ravioles con harina Blancaflor y me decía: "no llores POCHOQUITA con esta harina se arregla todo cuando entren en el agua esta harina tapara los agujeros y quedaran riquisimos" (yo pensaba que en lugar de Blancaflor era una harina MÁGICA).
Recuerdo las tarde de lluvia a mi madre (Ofelia) preparando unas rosquitas fritas con un chocolate caliente, recibiendo a mis compañeros de escuela y ayudarles con las tareas de CONTABILIDAD. Mi vieja era una GENIA (tana y calentona, eso si )pero no solo nos llevaba a pasear por todos lados sino que en casa siempre había lugar para los amigos. Yo viví durante 30 años en la República de la Boca (mientras escribo me pongo de pie, obvio. Si llegabas a tu casa y no había nadie te ibas a la casa del vecino quien te recibía como de la familia, te daba la leche y te cuidaba hasta que hubiera gente en tu casa. No como ahora que hay que anunciar por teléfono antes de pasar por la casa del vecino.
Que contar de mi padre que también incursionaba en la cocina con sus famosos GUISOS CARREROS (acontecimiento si los hay que solo ocurrían una vez al año pero que servían para comentar todo el año), recuerdo que picaban tanto que con mis hermanos para no despresiar comíamos una cucharada tomábamos agua y nos apantayabamos con los abanicos de papel, todo para no despresiar.
continuara.....