Risotto con Pollo y Hongos (arroz)
Risotto con Pollo y Hongos
Su origen se remonta al año 1574 cuando en pleno Renacimiento un joven
italiano se enamoró de la hija de Valerio de Flandes. Este joven, que era muy
aficionado a la cocina, quiso preparar un exquisito plato a su futura mujer
para sorprenderla el día de su boda. Este arroz elaborado con azafrán que le
confiere ese tono tan característico dorado, consiguió encantar a todos por su
textura cremosa y se llegó a convertir en uno de los platos más famosos
internacionalmente hablando. Su nombre procede de una variación de riso, que
significa arroz en italiano y en la actualidad es una de las formas más comunes
de preparar el arroz en toda Italia. Los italianos suelen definirlo como “sopa
seca”, este arroz debe resultar lo suficientemente cremoso para
poder llegar a degustarlo con un tenedor.
Ingredientes: (para 4 personas)
- 2 muslos de pollo
- 1 tasa grande de arroz 0000
- 2 tazas de agua
- 1 cubito de gallino o ave
- 2 dientes de ajo
- 1 cebolla mediana
- 100gr, de Hongos (op. pueden ser de lata)
- ½ morrón
- ½ vaso de vino blanco
- 1 cucharada de aceite
- 1 cucharada de manteca
Preparacion:
Retirar la carne de los muslos de pollo y cortar en trozos pequeños. Picar
la cebolla y el morrón.
En una olla de cuello alto colocar la cucharada de aceite llevar al fuego
agregar los ajos picados o triturados (no dejes que se quemen) incorporar el
pollo saltear con un poco de sal y pimienta luego agregar el morrón y la cebolla cocinar hasta transparentar la
cebolla, agregar el arroz revolver y agregar el vino blanco y el cubito de
gallina, cocinar por dos minutos agregar los hongos incorporar 1 taza de agua caliente revolver
hasta que se absorba todo el agua, incorporar la otra tasa de agua y cocinar
revolviendo permanentemente para que no se pegue hasta que encuentres el punto
que te gusta. Si te gusta al dente desde que le incorporaras la primera tasa de
agua calcula 8 minutos siempre tene en cuenta que el arroz se seguirá cocinando
una vez fuera del fuego. Antes de emplatar incorporar una cucharada de manteca
para que le de brillo y sabor.